jueves, 12 de julio de 2012

Haz que cuente

"Haz que cuente", eso decía la nota que le dio Jack Dawson a Rose DeWittBukater tras la cena de gala en el Titanic. Y lo hizo para llevarla al mundo real, a la tercera clase del barco, en donde se encontraba la inmensa sociedad de los inicios de un destructivo siglo XX.

Ahora, señor Rajoy, me ha dado por contar (en números) y contar (en este texto) lo que me parecen sus gloriosas medidas para reflotar un Titanic tocado por un Iceberg financiero.

Lo primero que debería hacer el presidente de un gobierno, que pretenda ser serio, es dejar de convertir los plenos del Congreso de los Diputados, que van a acabar con la estabilidad de muchas familias españolas, en la barra brava de un partido de fútbol. Su imagen, sonriendo, la de su vicepresidente, con indiferencia, y la de sus diputados, también llamados hooligans, aplaudiendo es patética. Y lo es porqué demuestra el nulo respeto sobre el pueblo que dirige y sobre las medidas que está tomando. En Italia, por lo mismo, la ministra lloraba, usted y los suyos ríen y aplauden. Don Mariano, tiene un problema de sensibilidad y de respeto.

Como hizo Rose, usted y sus ministros deberían pisar la calle y saber lo que realmente su país necesita. Bajar a tercera clase y darse cuenta que hay mundo más allá de Nuevos Ministerios y el Palacio de la Moncloa. Es gratis, todavía, salir a la calle  a interesarse por los problemas reales de la gente que le ha votado (o no, porqué al final usted se debe a todos los españoles) e intentar resolverlos. Ese es, realmente, su cometido. Trabajar para su país.

Acerca de sus medidas. Vivimos en una sociedad capitalista, capitalista agresiva me permitiría decir. Por eso, para reactivar la economía el consumo es el pilar básico. Para la reactivación y para el crecimiento. Es por eso que, tener uno de los IVA's más altos del continente lo que hace es, de un lado debilitar enormemente el consumo interno y del otro hacer caer el consumo externo en forma de turismo. España es un país bello, pero si se acaba convirtiendo en extremadamente caro, dicha belleza caerá en un segundo plano y perderá aquella ventaja competitiva de belleza, calidad y buen precio que tenía. Usted ya lo está provocando.

Quita una paga a los funcionarios. Estamos de acuerdo que la administración está sobredimensionada. Es cierto. Pues suprima todos los ministerios que tienen competencias concedidas a las comunidades. Verá como ahorra. Pero claro... Suprimir ministerios acaba suponiendo un coste político entre sus compañeros de partido. En cambio, es más fácil recortar sueldos a quienes aguantan el país. La educación, la medicina y la seguridad vienen siendo pilares básicos de la sociedad occidental y atentamos directamente contra ellos. Más que nada se lo digo porqué dijo y dijo que no lo haría.  Habíamos quedado que el consumo era básico para la reactivación económica ¿no? Quitando dinero de los bolsillos del funcionariado, los únicos que hasta ahora podían permitirse cierto exceso de consumo acabamos bajando de nuevo las compras internas.

Sigamos tocando con los pies en el suelo. Rebaja un 30% el número de concejales en todos los Ayuntamientos. ¡Bien! Barcelona, Madrid... Pero ¿conoce usted la holografía del país que preside? ¿Sabe que en la mayoría de pueblos pequeños no cobran y trabajan un montón de horas? Claro, no lo sabe, para que va a saberlo si no sale de la Moncloa. Pues esta medida, señor Presidente, le costará dinero a los Ayuntamientos, porqué el trabajo del concejal deberá contratarse. Además, si con esto no le basta, al obligar a todas las entidades locales a pagar IVA en sus facturas, disparará de nuevo el gasto municipal. ¿Es la excusa que usted busca para acabar con todas las corporaciones municipales? ¿Medidas que les harán gastar más? ¡Gracias!

Finalmente, y para no extenderme más, dice que bajará el dinero pagado a los parados a partir del sexto mes. Con lo cual, el mensaje que manda es que uno no tiene que buscar trabajo hasta que ha pasado ese tiempo... ¿Se ha planteado obligar a quien esté parado a trabajar en las ofertas que le lleguen a través del servicio de ocupación, perdiendo la prestación si se niega? Esa si sería una brillante política. Impopular, pero efectiva. Pero claro eso supondría una gran coordinación y trabajo, algo que le asusta según parece.

Olvídese de IVA's y amnistías fiscales y haga aflorar la economía sumergida con sanciones y tributaciones auténticas. Deje de invitar a los españoles a no pagar el iva con porcentajes abusivos y haga más caso a su país y menos a sus rectores europeos, que ellos no vendrán a sacarnos de nuestros problemas. Le dan medidas para arreglar los suyos. 

Una vez contado, como le pasó a Rose, volvemos a la realidad. Aquella en la que, como el Titanic, navegamos a la deriva en pleno hundimiento. ¡Gracias Mariano!

martes, 12 de junio de 2012

Plop, segunda parte


Parece extraño que en pleno deliro de muerte sea capaz de recordar los momentos que me llevaron aquí, en esta bañera cada vez más llena de plasma y plaquetas. No podía hacer otra cosa que sonreír irónicamente. No sé los meses que han pasado desde ese día, tan solo que las únicas visitas recibidas desde entonces han sido de administradores judiciales y correos, en los que se me amenaza de desahucio. Hasta que llegó la definitiva, con fecha y hora:

“El 18 de julio de 2.010, a las 12 del mediodía, procederemos al desalojo del piso de su propiedad en beneficio de la ejecución del préstamo hipotecario …”

De nada sirvió los intentos negociadores, mi predisposición a buscar trabajo, mi deseo de ver a mis hijos, emigrados a Francia desde el divorcio… No me quedaba nada en lo que seguir luchando.

Mis respiraciones eran cada vez más lentas, empezaba a notar la debilidad y ya no era solo la vista la que no me respondía. La fuerza de mi cuerpo desaparecía y los brazos cayeron por su propio peso dentro de la bañera; no sentí dolor, mi cuerpo ya no conocía el significado de esa palabra.

Plop, plop. Plop… Las últimas gotas de sangre que sujetaban mi conciencia cayeron, se deslizaron por mi cuerpo, como el último beso, la última caricia de una vida espumosamente burbujeante, hija de los excesos de una loca sociedad. Una civilización de espirales autodestructivas la que me tocó vivir, hija del capitalismo más voraz que no dudó en llevarse mi vida por delante por un puñado de euros. Nadie me enseñó los límites de la ambición ni el final de la burbuja, nadie me mostró ese camino hasta su estallido más letal, el que destruyó mi castillo de arena que yo pensaba que estaba hecho del más fuerte de los cementos…

Los encargados del desahucio vomitaron reiteradas veces en ver el panorama que existía en lo que antaño fue un piso de lujo y no pudieron contener el llanto en leer la carta, de pésima caligrafía, que aquella víctima del cóctel formado por ignorancia y codicia les había dejado. La carta, ya con manchas de sangre rezaba un mantra de pocas palabras: “Yo tengo la culpa, pero vosotros la tenéis tanto o más que yo. No sois personas, sois verdugos del siglo XXI. Os odiaré toda la eternidad”. Al día siguiente, los periódicos solo reflejaron el suicidio de una persona aquejada por las deudas, sin ir más allá de la vida de este pobre hombre.

Plop… La vida se desvaneció entre las paredes blancas de esa bañera, llena de la sangre de los nuevos ricos, hijos de la codicia y el dinero, amparados en el abrigo de la voracidad constructiva sin escrúpulos, creadora de aquellos agujeros negros de falsa felicidad que acaban por hacer desaparecer cualquier resquicio de la poca humanidad de quienes han entrado a jugar en aquel tablero de un juego de incierto final, con la figura de la muerte siempre pisándoles los talones.

lunes, 4 de junio de 2012

Plop, primera parte


Plop, plop, plop… El goteo que se sucedía dentro de la bañera era lento, sin embargo incesante. El líquido de vida, rojo aburdesado que afloraba de mis muñecas no era sino el síntoma de una vida que se iba marchando con cada gota, con cada segundo, siendo su fortaleza inversamente proporcional al charco rojo que se formaba bajo mi cuerpo.

Solo esperaba que los ejecutores judiciales del banco se les removiera el estómago en ver lo que habían hecho, lo que habían logrado con su falta de humanidad y su poca empatía. De destruir familias se habían cansado y ahora era el momento de que recibieran una lección de vida, una máster class que se repitiera en sus pesadillas.

Plop, plop, plop… Delante de mis ojos veía una neblina a todas luces inexistente, pues las 12 del mediodía del 18 de julio en Barcelona resulta imposible su creación, a no ser que sea artificial. Resulta paradójico que, el día que en tiempos de Franco era de paga doble, fuera el último de mi vida. También recibiría mi abono extra, sin embargo el mío era un camino hacia la eternidad.

La desesperación había invadido mi vida, roto mi familia y me alejó de lo que más quería, mis hijos. En donde antes había oro, ahora solo quedaba hojalata oxidada; en el lugar donde dormía mis niños solo quedaba una habitación vacía, con las paredes manchadas por los muebles que una vez hubo; lo que había sido el lecho de amor de mi pequeño palacio, era ahora un solar con un parquet viejo y una almohada sucia del sudor producido por la ola de calor que asolaba la Ciudad Condal.

Plop, plop, plop… Un manto blanco empezaba a cubrir mi vista, no dejándome ver absolutamente nada. El fin se acercaba para mi, sin lugar a dudas, y la felicidad del traspaso a la eternidad empezaba a recorrer mis vacías venas. Los cortes de luz y agua habían sido el preludio de mi desesperación, pero no siempre había sido así…

La vida me sonreía y vivía montado en el dólar, o mejor dicho, en el euro que cotizaba el doble que la moneda americana. Había ascendido meteóricamente en Los reyes de la construcción SA, una empresa encargada de hacer urbanizaciones de lujo. En poco más de dos años había pasado de ser un simple peón especialista a actuar como jefe de obra y solo me había sacado un cursillo por Internet. El Boom de la construcción ofrecía todo tipo de oportunidades para los chicos que colgamos la carpeta con 16 años. ¿Para que estudiar si puede tener una nómina de más de 2.000 euros?

Y claro, con el ascenso se redujo el trabajo duro y aumentó el importe de mi nómina. Era julio del año 2.006 y todo iba sobre ruedas. Hacía un mes que en una terraza de verano había conocido una preciosidad. Una chica morena, de metro setenta y unas medidas de auténtico infarto. El alcohol y las drogas nos hicieron perder el control más de lo normal… El Wiskhy caro y la cocaína eran de consumo obligatorio para un dandi como yo y ella no era ajena a mi modus vivendi. La noche acabó en la playa… con demasiado sexo y sin ninguna protección; de esa noche de pasión, locura y vicio nació nuestro primer niño, Rafa.

Ese mismo agosto, cuando supimos que estaba embarazada decidimos irnos a vivir juntos en un piso en el centro de Barcelona, en pleno Eixample. Entre Diputació i Passeig de Gràcia encontramos nuestro nido de amor. Un piso grande que nos costó una hipoteca de cerca de 3.000 euros mensuales; sin embargo, entre trapicheos de las obras, sobres y mi nómina, yo me iba a los 4.000 y ella en la estética donde trabajaba se sacaba otros 1.000 euros. Visto así, el piso era un auténtico chollo.

Antes de que la barriga de la mami fuera demasiado grande, montamos una boda por todo lo alto; no escatimamos en detalles y la fiesta acabó siendo memorable. Los regalos de los comensales no dieron para cubrir el banquete, sin embargo eso daba exactamente igual. El banco extendió un préstamo por valor de 30.000 euros que sirvió para financiar el viaje de novios: Dos semanas perdidos en Bali.

La llegada de Rafa fue para febrero. Entre Marta y yo decidimos que ya se había acabado el trabajar para mi princesa, que tenia que descansar y hacerse cargo del pequeño y del que llegaría después. Ambos teníamos claro que nuestro segundo niño debía llevarse poco tiempo con el primero. Hugo fue engendrado por las mismas fechas que Rafa y eso nos garantizaba que, pese a ser de años distintos, se llevarían un año a lo máximo y serían ambos de primeros de año, justo lo que nosotros queríamos.

Ese 2.007 me llevó a un nuevo ascenso y pese a ser un chico sin estudios, me convertí en la mano derecha de mi jefe. El era un arquitecto venido a promotor de viviendas de lujo en urbanizaciones. Era un todo incluido: diseñaba, promocionaba, construía y vendía. Dejé las tareas en la obra y empecé a ir en Mercedes, haciendo de promotor de las mismas. El frío ya no era parte de mi trabajo y mi bronceado solo se debía a las horas que pasaba en la playa o en el solarium del gimnasio y no a las pesadísimas visitas de obra.

En el segundo semestre del 2.007 no recuerdo la de sobres que entregué a inspectores de obra, técnicos municipales, alcaldes y secretarios para que hicieran ojos ciegos a las “pequeñas variaciones” que sufrían los proyectos aprobados. Como había dinero de por medio e incluso, en un par de ocasiones, tuve que untar a la oposición, no había problemas. Las quejas vecinales acababan siempre dentro del cajón del olvido y nuestras irrergularidades eran dadas como buenas. Los pequeños lujos del dinero y la compra venta de favores.

Sin duda era mi mejor momento. Estaba esperando a mi segundo vástago, de nombre Hugo y sí, es por Hugo Boss la marca favorita de mi princesa. Si lo llego a saber al primero le llamo Tomy, por Tomy Hlfigher. El segundo semestre del año fue muy duro a nivel de trabajo; las promociones se iban multiplicando y las largas estancias que pasaba lejos de casa me hacían echar de menos a mi mujer y mi niño.

Decidí hablar con mi jefe y le pedí un acercamiento, que me diera las obras más próximas a Barcelona en lugar de las mejores. Mis comisiones se verían reducidas pero domiría cada noche en casa. Sin embargo, la respuesta de mi jefe fue que en el siguiente viaje me acompañaría él.

Tras el día de sobornos, uno más, me llevó a uno de los clubs más selectos de la ciudad. Solo me dijo: Elige a las que quieras. En un primer momento no supe que contestar y antes de darme cuenta, el había elegido por mi. Dos preciosas chicas de pago me levantaron de mi asiento y me subieron a las habitaciones. Me podría haber resistido, pero la verdad es que tampoco quise. Me dejé llevar por los placeres más carnales que el dinero podía pagar y ni tan siquiera me acordé de lo que tenía en casa.

Realmente me estaba conviertiendo en un auténtico cabrón, o mejor aún, en un auténtico play boy que no duda en usar su dinero para conseguir lo que quiere. Yo no tenía el poder adquisitivo de mi jefe, sin embargo tampoco tenía el peso de la responsabilidad que se aúpaba en sus espaldas. Lo noche transcurrío con extenuación de juegos múltiples y drogas varias extendidas entre las piernas de aquellas prostitutas disfrazadas de sacerdotisas del placer.

Esa noche significo un cambio de mi mentalidad y entendí perfectamente el mensaje que me quería transmitir mi jefe. Disfruta de lo que tienes pero no cierres la puerta a los placeres que te aparecen. Desde ese instante, dejó de importarme los viajes lejanos, es más, los bendecía porqué me permitían dar rienda suelta a mis pasiones más carnales y variadas ya fueran hetero, bi o homosexuales. Los vicios se acumulaban en mi ser como tal emperador de la antigua Roma.

Las Navidades del año 2.007, las primeras en las que se empezaba a hablar de la burbuja inmobiliaria, mi jefe me llamó a su despacho. Me dijo que estaba realmente contento con mi trabajo y que si la empresa era una referencia en el sector, en gran parte era gracias a mi brillante trabajo: desde peón a jefe de promociones, o visto de otra manera, el sueño americano cumplido en Barcelona. Me extendió un papel en el que me hacía accionista de la empresa, sin duda, el mejor regalo que me podía dar. Y me cedía, además, un paquete de más del 20%. Ahora si podía decirlo bien alto y fuerte ¡Era Rico!

Sin embargo, en el mundo de los negocios, como en la vida real, las cosas no son lo que parecen ser si no lo que realmente son. Aquel paquete de acciones era un regalo envenenado de una empresa que vivía al borde de la quiebra y que entró en bancarrota a lo largo del año 2.008. Coincidiendo con la llegada de mi segundo hijo, empezaron a llegar cartas de embargo de mis propiedades. Primero apenas las tomaba en cuenta, pues las obras seguían su curso, pero el día que el último proyecto tuvo su certificado de final de obra, me di cuenta que detrás de eso ya no había nada.

Con una frecuencia cada vez más alta, las cartas de distintas entidades bancarias llegaban a mi domicilio. Al mío y al domicilio de los otros tres jefes de promoción, que igual que yo, habían aceptado en las Navidades pasadas ese regalo envenenado. Ese elixir que contenía el más letal de los venenos y que amenazaba con llevarse la vida, construída sobre burbujas y castillos de naipes, por delante.

Julio del año 2.008 fue el último mes que mi flamante nómina de propietario entro en la cuenta corriente. Se ingresó para ser embargada, prácticamente en su totalidad. Las amenazas de abandono de mi mujer eran cada vez más serias, por mucho que me costara de creerlo…

Primero cayó el chalet de la playa, comprado por un importe muy inferior al de valor en el momento de la venta. El Mercedes que me acompañaba en todas partes dejó lugar a un Seat León de segunda mano y el Liceo Francés en el que tenía que empezar Rafa el curso en septiembre se convirtió en la escuela pública del barrio.

El 2.008 fue el año de la vuelta a la Tierra tras vivir durante casi dos años en la Luna. Nada comparado con el año que nos esperaba, o mejor dicho, que me esperaba. Mi jefe seguía sin aparecer ni hacer frente a las deudas de una empresa que ya no era suya, pues nosotros firmamos los papeles del traspaso. Poco a poco las posesiones que había amasado en dos años de locura empezaban a desvanecerse, cual cenicienta llega a las 12 y ve la regresión del encanto de la hada, volviendo la carroza en calabaza.

El banco había dejado de concederme préstamo y aquella línea de crédito que creía ilimitada desapareció. Las cuotas de los créditos de la casa, la boda, el viaje o el coche empezaron a dejarse de pagar y a las cartas recibidas por las deudas empresariales se le sumaban las personales.

Al regresar de una de estas maratonianas reuniones en el banco, me encontré la casa distinta. Mi mujer se había marchado llevándose a mis niños de la mano y dejando una carta, redactada por un abogado, en que me citaba en una semana para la separación de bienes. Mi vida personal dejó de existir y tan solo el wiskhy era consuelo para mi.

Peor aún fue el encuentro, pues Marta llegó de la mano de mi ex jefe. Ambos utilizaron mi adicción a las drogas y a las putas para alegar la separación. Ahora me encajaba todo… Mi jefe se tiraba a mi mujer a mis espaldas, valga la redundancia y hurgó toda esta trama para dejarme sin nada…Las miradas cómplices que se dedicaban no hacían otra cosa que refrendar este hecho. Mi vida estaba acabada…

sábado, 17 de marzo de 2012

Pruebas de vida

Mi querido Dios, estés donde estés, tanto si existes como no, quiero intentar juntar cuatro letras para hacertelas llegar. Disculpa mi exceso de ego al intentar ponerme a tu nivel, pero siento que tengo que probarlo. No por nada ni porqué yo tenga nada de especial, si no porqué hay muchas cosas que no entiendo y todas ellas van relacionadas con la vida. Según cuentan, no hay nadie mejor para responder a tales dudas.

Siempre me preguntaré por la injusticia en la toma de decisiones. Y me refiero a la hora de la elección para llevarte a las personas de un mundo a otro. Si, que los que se van, muchos entraran en el paraíso, pero... Si te sigues llevando a las mejores personas y sigues permitiendo que "los malos" por así decirlo sigan dictando su terrorrista modus vivendi no habrá manera humana, y me atrevo a añadir que ni inhumana, de arreglar este maltrecho mundo. Te llevas a las personas más queridas, a los genios y a los deportistas. Lo que pasa que estos últimos se resisten. Espero que dejes a Mubamba con nosotros, este jugador que nadie conocía y ahora hasta sabemos que es un refugiado político de la guerra del Congo. Ya ha sufrido bastante teniendo que dejar su tierra natal, déjale disfrutar de la vida.

Sé que me estoy excediendo tanto en las peticiones como en la forma, pero vuelvo a decirte que tengo la necesidad de decirtelo. Tiranos un cable, haznos llegar líderes políticos que sepan que hacer con el mundo que tienen que gestionar y no que lo acaben de hundir. Ya sé que la situación es de extrema gravedad, si lo veo complicado yo dirigiendo un pueblo pequeño a diario, ni quiero imaginarme como debe ser a grandes esferas. Pero alguien tiene que hacerlo, coger las riendas e intentar acabar con un modelo de vida que no nos lleva a ninguna parte, o tal vez si, nos lleva al infierno.

Puede que todo lo que nos estás enviando, si es que intervienes, son pruebas de vida... Pero digo yo... la mayoría del mundo no ha demostrado suficientemente que nos merecemos una nueva oportunidad. Ya sabes, unos nuevos líderes, que dejes de llevarte a las mejores personas y empieces a purgar con los indeseables. Vale, todos nos merecemos vivir igualmente, pero puestos a pedir llévate a quienes causan el mal y el terror y déjanos aquí a los que nos facilitan la vida, aunque sea solo con la sonrisa que tienen.

Ya ves que te pido poco, o tal vez mucho. Probablemente no serán las únicas peticiones que veas, si es que las ves... Pero no estaría de más que demostraras que existes cuando realmente se te necesita. Hasta ese momento, no nos queda otra que ir superando pruebas de vida....

viernes, 17 de febrero de 2012

Hoy, mañana y siempre

Toda decisión tomada en esta vida, o en cualquier otra supongo, siempre lleva implícita una contraindicación. En términos económicos vendría siendo el coste de oportunidad, aquello que dejas de hacer por otra cosa.

Ese, precisamente, es el riesgo que entrañan los sueños. El principal riesgo de soñar es tener pesadillas; aquello que hace que lo idílico y lo bucólico de nuestros deseos se acabe convirtiendo en ciénagas y tinieblas. Sin embargo son riesgos de aquellos que uno puede asumir, porqué al fin y al cabo, una vida sin sueño es como un café descafeinado: entre bien, te deja un buen sabor pero te acabas durmiendo igual.

Decían en una de aquellas películas americanas de sobremesa algo así como “puede que el amor no sea el motor del mundo, pero hace que el viaje valga la pena”. Lo mismo pasa con los sueños, pueden no ser lo más importante de esta vida pero, sin ellos, la existencia carece de sentido. Un sueño, una aspiración, un deseo o simplemente una meta que te obliga a luchar.

Es ahí en donde entra las decisiones de cada uno, en intentar lograr una vida plana y tranquila, con altas dosis de café descafeinado o si, por el contrario, pretendes arriesgarte a soñar con los ojos abiertos, tomándote un intenso café de tostado aroma, cuerpo embriagador y efectos desconocidos.

Porqué hoy, mañana y siempre en el riesgo de soñar están las pesadillas, pero en los beneficios de deseos logrados reside la felicidad superlativa alcanzada humanamente.

Yo ya tengo entre mis manos la taza de café, Tarrazú-Costa Rica, ¿y tú?

lunes, 13 de febrero de 2012

Fins després, iaia

Debien ser les set del matí, quan has decidit que la teva estança en aquest món s'havia acabat. I torno a dir que ho has decidit tú, perquè has esperat que els teus cinc fills estiguessin al teu costat per dir-los l'últim adéu. Tu i jo ens havíem acomiadat unes hores abans, amb un petó i un fins després, perquè si hi havia una cosa que tenies sagrada que era dir sempre adéu i fer un petó. Jo no paro de trobar-te a faltar perquè el després s'ha convertit amb sempre. Tot i que jo, dins meu, sabia que aquella última mirada directa als ulls abans de marxar seria la última, no m'ho volia creure. Aquest matí, semblava que estiguessis dormint esperant que et despertéssim per anar a esmorzar.

Podria intentar explicar mil anècdotes de les que ens han passat, però prefereixo parlar de tu, iaia. Perquè fins i tot, aquests últims dies, ens has donat una lliçó de vida a tots els que hem estat allí. Has aguantat una setmana quan amb el que et va passar pot ser un altre no hagués passat una nit, i diumenge al matí quan et van dir que era qüestió d'hores, vas demostrar que tenies força per més, per veure començar una nova setmana. Encara recordo el somriure què em vas dedicar quan et vaig dir a cau d'orella "va iaia, que hem de fer quedar malament a aquests metges!". Perquè tu erets així, exigent perquè donaves el màxim i a la vegada ho feies tot per nosaltres... Només et puc donar les gràcies per tot el que ens has donat.

Teníem una relació especial, suposo que el fet de néixer els dos el mateix dia és una cosa que et marca de per vida. Cada cop que ara penso en el 20 d'agost, no sé que faré sense que tu siguis aquí amb mi...sempre ens hem felicitat mutuament i jo ho vull continuar fent! 

Te n'has anat sense queixar-te, somrient i parlant. Has estat amb nosaltres fins al final, ens reconeixies i ens parlaves a tots, per més que les forces que se te n'anaven t'ennuvolessin la vista. Dissabte, abans d'entrar en crisis, encara cantaves a l'habitació de l'hospital! I ahir, superada la crisis, tu i jo ja fèiem plans per anar a fer una mariscada i celebrar la recuperació. Tu sabies que no hi aniríem però tot i això ens has alimentat les esperances fins al final. Perqué ha fet falta que t'ataquessin per cinc llocs diferents perquè decidissis que havia arribat el moment i deixar apagar l'espelma de la vida. Hi te n'has anat a les 7 del matí, l'hora que sempre t'agradava sortir a comprar.

Segur que, estiguis on estiguis, podràs llegir això i el iaio Pau t'estarà esperant per fer-te el trajecte molt més fàcil i agradable. 

Iaia, ets impossible d'oblidar i és impossible deixar-te de recordar.

T'estimo!!!

lunes, 6 de febrero de 2012

Soluciones en perdedores

Acabado un fin de semana intenso, lleno de, entre otras muchas cosas, congresos de refundación o regeneración de partidos políticos. Según parece, ese proceso suele ser habitual tras descalabros electores. Sin embargo, los resultados nunca dejan de sorprenderme.

Pues bien, ahora resulta que el ministro del Interior y miembro del Gobierno de los últimos ocho años, que además acaba de perder unas elecciones por goleada, es el elegido para sacar de, tal vez, la crisis más profunda de su historia al Partido Socialista Obrero Español. Como mínimo resulta curioso que, uno de los causantes del problema y que no encontró soluciones, busque hacer la luz.

No es menos curioso que, el presidente de España, sea una persona que ha perdido dos elecciones consecutivas y que, por si fuera poco, era el Ministro de la Presidencia (y antes Ministro del Interior) en la ejecutiva que provocó la catástrofe del Prestige. Sigue siendo más curioso todavía.

De entre sus ministros, no dejan de destacar el de Justicia y el de Economía. El primero porqué en plena época de reducción del déficit tiene el dudoso honor de dejar la ciudad, tal vez, más endeudada de Europa y de haber perdido ya no se cuantas carreras Olímpicas. El segundo solo formaba parte, con cargo de relevancia, del Banco (Lehman Brothers) que fue la chispa que encendió la crisis.

Pero lo de gobernar tras perder elecciones también pasa en otros sitios. El President de la Generalitat, ganó dos eleccions, sin embargo no pudo llegar a gobernar nunca; pero a la tercera va ala vencida dicen y ahora gobierna con la llamada geometría variable que, por lo que se está viendo, ni es geométrica ni mucho menos varía. En la oposición, el PSC, tenía dos opciones un líder que en época de rescisión de las izquierdas es proclamado por mayoría absoluta en una capital de provincia, o otro, que es alcalde de una ciudad de la periferia de Barcelona. No eligieron al ganador. 

Podríamos seguir con una lista demasiado larga ... Pero lo que está claro es que hay que buscar soluciones fuera de las personas que nos llevaron a la crisis. Y las personas que nos llevaron aquí fueron tanto los que la consumaron, como los que la empezaron. Los del Gobierno y los de la Oposición; ha llegado el momento de que a los nuevos collares les lleguen distintos perros, variando la frase popular.

Un nuevo mundo, construido por nuevas personas. Los que ya han tenido su momento deberían aprender a retirarse a tiempo y dejar paso a nueva gente, nuevas personas y sobretodo dejar que los jóvenes sean quienes decidan su futuro, pues éste les (nos) pertenece.

*Como siempre todo dicho desde un punto de vista completamente subjetivo y sin ningún intento de tan siquiera buscar la objetividad.