jueves, 27 de septiembre de 2012

L'independentisme inclusiu


Un intercanvi d'un parell de tuits amb un gran amic de Madrid m'ha portat a plasmar aquestes quatre reflexions. Jo ho denomino 'l'independentisme inclusiu'. I aquestes quatre ratlles van dedicades a tots els qui ens volen confrontar, entre nosaltres i contra el món.

De la mateixa manera que hi ha gent que es denomina catalana i espanyola, n'hi ha moltíssima més que és catalana, independentista, però que no desitja el mal d'Espanya. Perquè, ara si que ja parlo en clau personal, tinc moltíssims amics que viuen als territoris espanyols i, com és perfectament comprensible, jo no desitjo que els hi vagi malament la vida, ens al contrari. Desitjo la seva màxima felicitat, i per això vull que Catalunya sigui independent, però no desitjo que Espanya s'ensorri. Per ells, per la molt bona gent que hi viu i pels grans moments que he passat sempre que hi he estat. 

Del mismo modo, y por eso escribo en castellano, yo no reniego de dominar dos lenguas y ser bilingüe. Es más, si pudiera dominar tres, cuatro o cinco lenguas, estaría encantado de la vida. Para alguien que sueña con tener algún día un distintivo que ponga ·CIUDADANO DEL MUNDO· cualquier método para comunicarse con personas será bienvenido. Además, el español no es ya patrimonio exclusivo de España, pues es uno de los tres idiomas más hablado del mundo. Con lo cual, sigo diciendo que me enorgullezco de hablar esta lengua, pero tengo claro que mi lengua materna y principal és el català. I l'ús indistint de qualsevol de les dues llengües és un privilegi, i mai res perjudicial.

Jo crec en una Catalunya plural, d'acollida a qui vulgui venir i puguem acollir. A una Catalunya oberta a Europa i al Món, però no tancada a ningú. En ple Segle XXI els fluxos comunicatius són imparables i voler posar fronteres al cel és tan utòpic com voler para el sentiment de llibertat de les persones.

Europa ja va viure una primavera dels pobles, vers el 1848. El Món en pot viure una durant el primer lustre del decenni que ens ateny. Montenegro i Kosovo van engegar el camí. La separació del Sudan en dos estats ha continuat aquest procès. Catalunya, Flandes, Quebec, Escòcia... Qui sap si algun altre procès pot veure la llum. La diferència rau en que, a diferència dels del 1848, les armes dels pobles han de ser la paraula i la democràcia, enlloc de les bombes i les bales.

El moment és històric i la firmesa ha de ser màxima. Però de la mateixa manera que no cal confondre la llibertat amb el llibertinatge, no hem de confondre la firmesa amb l'agressió. El govern de Rajoy està fent tot el contrari: reivindica el dret a decidir dels Saharauis i l'escapça a Catalunya mentre reclama negociar per Gibraltar. 

De la mateixa manera que un matrimoni pot arribar al final, un nació pot arribar a la seva maduresa i exercir com a estat. Per això, algú hauria de recordar al govern espanyol que sempre és millor un mal acord que un bon judici. Que una sortida amistosa sempre serà millor per tots que un cop de porta. El món ens mira, i aquestes actituds de Segle XIX no serveixen en l'època de la societat de la informació.

Per això, avui, demà i sempre el diàleg ha de predominar. I el govern espanyol cal que aprengui que preguntar al poble de Catalunya què vol ser no és un atac a Espanya si no un exercici d'autodeterminació. Que, a més a més, no té fre. Per tant, parlem i facilitem la transició, que voler enfrontar a una societat que ara, per fi, està molt cohesionada, no beneficiarà a ningú. 

Jo ho tinc clar. Catalunya esdevindrà un Estat, més tard o més d'hora, amb ajuda o sense. Però m'agradaria que el govern espanyol fes l'exercici que ja fan molts ciutadans i ens volgués entendre i no ens amenacés constantment. Perquè com diu el meu advocat, un mal acord sempre és millor que un bon judici.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Rememorando el paso de los años


Cada rayo de sol que el verano irradia, va irremediablemente asociado a algún recuerdo. Los del mes de agosto no son distintos. Y, sin duda, siempre te reportan a un estado anterior, a algo ya vivido. Lo sorprendente es cuando alguna otra situación te acaba llevando a aquel punto de tu pasado, que creías olvidado, y que sin embargo recuerdas con una sonrisa, ligeramente estúpida y a la vez tierna, dibujada en la cara.

Algo así me sucedió aquella noche primaveral. No fue ningún rayo de sol, ni tampoco de luna, sinó más bien el reflejo de los neones discotequeros que enmarcaron un rostro que me parecía familiar. Había cambiado mucho y, sin duda, se había embellecido con el paso de los años. Un rostro de mujer donde antes se encontraba una niña, sensualidad en el lugar de inocencia. Sin duda los cambios naturales que no siempre son habituales.

Aunque algo seguía intacto. La sonrisa. Los labios eran más rojos, producto de la barra de labios y le daban ese plus de sensualidad, pero el dibujo que mostraban al mundo seguía siendo el mismo. Una pequeña ventana de naturalidad y buena sintonía, pues se pegaba a cualquiera que la viera. Dentro, como si de un museo se tratara, en un blanco inmaculado lucían pequeñas estatuas. Como diría Miguel Ángel, alguien había separado lo que sobraba de lo imprescindible, dejando simplemente un talla que rozaba lo imposible.

La dulzura de los labios engastaba con la sensualidad de la mirada. Una combinación ideal no siempre bien lograda en un mismo rostro. Los ojos ligeramente rasgados, mostraban mil robles en su interior, siendo parte de una mismo cromatismo con el cabello, largo, liso…Inalcanzable.

Y así pasaron los días, las noches, las lunas y los soles, contemplando desde la lejanía cuya mujer veía sin más motivo que el de su contemplación. Válgame la redundancia, cualquier otra aspiración eran menesteres de campeón que aún no conocía la tierra, si no era la doncella la que le invitaba y le habría la puerta. 

domingo, 16 de septiembre de 2012

No te conozco, pero...


Las redes sociales son un gran invento, sin duda. Facebook, Twitter, Linkedin y compañía ayudan a hacernos la vida más fácil, o complicada según se vea, pero nos han cambiado los tempos. Y, si entre todas, existe una red social por excelencia, esta es Twitter. Los vínculos que permite son infinitos y, a diferencia del resto, sin la necesidad de ser aceptados. Leemos lo que la gente publica sin pedir permiso, dando lugar a un bucle de opiniones realmente espectacular.

Algo a priori tan banal como un intercambio de tuits, a veces te hace reflexionar en cosas que, en otras circunstancias, no caerías. Algo parecido me pasó anoche. Era ya de madrugada y volvía conduciendo, cuando una serie de tuits de lo más mordaces, ácidos y divertidos me hizo escribir una respuesta para su autora. Tras un par de intercambios que no llegaron a los 240 caracteres, uno piensa como debe ser tal tuitero en la vida real.

No sé si os habrá pasado pero almenos a mi, contando la de ayer, ya van algunas. Lees los mensajes de las personas que sigues. Algunos para informarte de lo que te interesa, otros por el simple hecho de contrastar opiniones distintas a la tuya y, en cambio, un selecto y pequeño grupo tan solo porqué sí. Te divierten o los compartes, te ríes, los marcas como favoritos o los retuiteas. Y te paras a pensar y dices: “Si eso que está diciendo es una obviedad, una verdad aplastante”. Y tras eso reflexionas más para llegar a la conclusión que tales evidencias, de tan claras que son, a veces se olvidan y es imprescindible que alguien te las recuerde.

Recapitulando y no haciéndome más extensivo en aquello, venía a decir que seguro que todos tenemos en nuestro “time line” algún tuiter@ con el que dirías, a esta persona me gustaría llevármela de cañas, o a tomar un café. Porque sabes que, pese a no conocerla de nada, la conversación seguro que sería aprovechable y, al menos quien suscribe estás líneas sabe a ciencia cierta que desvirtualizar a esas personas nunca sería una pérdida de tiempo.

¿Y vosotros, tenéis también un grupo de personas virtuales a las que os gustaría conocer?

jueves, 13 de septiembre de 2012

¿Unión Europea?

Cada día que pasa me cuesta más creer en el proyecto de la Unión Europea. Y no porqué sea euroescéptico, pues uno de mis sueños sería formar parte de una auténtica unión de estados europea, si no porqué, como siempre, las relaciones no son de igual a igual. Ni todos los miembros de la mal dicha unión tienen los mismos derechos, ni las mismas obligaciones ni, por supuesto el mismo poder.

La liturgia de Europa, mirando al Tribunal Constitucional alemán, como si de un tribunal de todos los europeos se tratase ha sido la última gota. Los magistrados alemanes dieron el sí, pero podían haber dicho que no. Entonces que, ¿desmontamos el chiringuito? Es inconcebible que una unión entre iguales dependa de uno solo. El cortijo de la Merkel lo califican muchos, y puede ser que tengan razón.

Cada año vemos elecciones nacionales en diferentes estados de la unión, y cada vez más se polarizan entre europeístas y euroescépticos. ¿Pero a que jugamos? ¿A revisar los estados miembros con cada cambio de presidente? Esta no es una unión seria. Y como tal, los mercados ni nadie se toma en serio a los que enarbolamos la bandera azul con estrellas.

Unión fiscal, financiera y política, cuando hay estados miembros que no han adoptado la moneda única. ¿Se imaginan ustedes que en California pagasen con una moneda y en Florida con otra? Eso pasa aquí. Luego todo son lamentaciones. Pero es que somos incapaces de ceder todos por un bien común. 

Por mucho que hagan edificios, muevan los papeles... Bruselas no es la capital de la Unión. A lo sumo, la podemos considerar la capital que mueve los papeles de la Unión, pero las decisiones importantes se toman bastante más al este, en Berlín. 

Como ya hiciera Bismarck en el siglo XIX, parece que los políticos alemanes quieren reproducir el esquema prusiano de unión germánica. En aquellas fechas, se empezó creando el Zollverein o unión de aduanas, en la que Prusia era el principal garante y como no, beneficiado. Cada día que pasa me lleva a pensar que la Unión Europea es algo parecido. Un mercado interno para Alemania, sin fronteras ni aduanas, para garantizar su supremacía y acabar convirtiéndose, sin medias tintas, en lo que han anhelado desde años ancestrales. El control efectivo y total de Europa.

Ojalá me equivoque y esta sea solo la visión de alguién que, cada vez más, está desencantado de una Europa menos europea y más germánica.