jueves, 13 de septiembre de 2012

¿Unión Europea?

Cada día que pasa me cuesta más creer en el proyecto de la Unión Europea. Y no porqué sea euroescéptico, pues uno de mis sueños sería formar parte de una auténtica unión de estados europea, si no porqué, como siempre, las relaciones no son de igual a igual. Ni todos los miembros de la mal dicha unión tienen los mismos derechos, ni las mismas obligaciones ni, por supuesto el mismo poder.

La liturgia de Europa, mirando al Tribunal Constitucional alemán, como si de un tribunal de todos los europeos se tratase ha sido la última gota. Los magistrados alemanes dieron el sí, pero podían haber dicho que no. Entonces que, ¿desmontamos el chiringuito? Es inconcebible que una unión entre iguales dependa de uno solo. El cortijo de la Merkel lo califican muchos, y puede ser que tengan razón.

Cada año vemos elecciones nacionales en diferentes estados de la unión, y cada vez más se polarizan entre europeístas y euroescépticos. ¿Pero a que jugamos? ¿A revisar los estados miembros con cada cambio de presidente? Esta no es una unión seria. Y como tal, los mercados ni nadie se toma en serio a los que enarbolamos la bandera azul con estrellas.

Unión fiscal, financiera y política, cuando hay estados miembros que no han adoptado la moneda única. ¿Se imaginan ustedes que en California pagasen con una moneda y en Florida con otra? Eso pasa aquí. Luego todo son lamentaciones. Pero es que somos incapaces de ceder todos por un bien común. 

Por mucho que hagan edificios, muevan los papeles... Bruselas no es la capital de la Unión. A lo sumo, la podemos considerar la capital que mueve los papeles de la Unión, pero las decisiones importantes se toman bastante más al este, en Berlín. 

Como ya hiciera Bismarck en el siglo XIX, parece que los políticos alemanes quieren reproducir el esquema prusiano de unión germánica. En aquellas fechas, se empezó creando el Zollverein o unión de aduanas, en la que Prusia era el principal garante y como no, beneficiado. Cada día que pasa me lleva a pensar que la Unión Europea es algo parecido. Un mercado interno para Alemania, sin fronteras ni aduanas, para garantizar su supremacía y acabar convirtiéndose, sin medias tintas, en lo que han anhelado desde años ancestrales. El control efectivo y total de Europa.

Ojalá me equivoque y esta sea solo la visión de alguién que, cada vez más, está desencantado de una Europa menos europea y más germánica. 

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