miércoles, 9 de marzo de 2011

Te quiero, te odio

Has sido lo más importante de mi vida, podría decir que desde mi nacimiento no he logrado separarme ni un solo momento de ti. Ahora, con unos años más tengo claro que todo lo que ha movido mi vida ha sido gracias, o por culpa de tú dualidad. De este ir y venir de Doctor Jekyll o Mister Hyde que impera en ti, o mejor dicho...

Fuiste el principal causante de todas mis decisiones a lo largo de estos años. No sé si las tomaba por que te adoraba o porqué te temía, el caso es que influías un poco en todas ellas. Un poco como Gollum y Smeagol en El Señor de los Anillos, me abstraía de ti y siempre acababas volviendo para hacerme reflexionar un poco más, o por contra, para que no pensara y fuera más visceral.

Sí, mi querido EGO, te odio tanto como te quiero, y te adoro tanto como me gustaría perderte de vista. No puedo entender la vida sin la dualidad que produces en mi cabeza. Según como tu estés me haces actuar en consecuencia. Por eso te quiero, porque cuando hemos trabajado juntos hemos logrado ser insuperables, inquebrantables; escalado las colinas más tempestuosas y haber descendido a los valles más hondos sin miedo y siempre con éxito.

Y te odio, te odio por muchas razones. Has logrado hundirme en las más aciagas ciénagas, en mil pantanos y arenas movedizas. Me has limitado, y todo ¿porqué? No puedo hacerte siempre caso, en cambio tu siempre deberías estar a mi lado, como el reflejo en un espejo o en un estanque en reposo; siempre a mi lado, aunque todo vaya mal juntos hasta el final.

Me gustaría matarte, pero sé de sobras que sin ti muero. Estoy encadenado a ti para el resto de mi vida, y es por eso que te odio... y te quiero tanto como te odio porqué sin ti no soy nada, mi odiado EGO.

1 comentario:

  1. Com sempre: expressiu, gran i genial! Segueix escribint sempre sempre sempre Edu!

    ResponderEliminar