miércoles, 9 de marzo de 2011

Oraculum

Mi oráculo particular

En la antigua Grecia, los Oráculos se utilizaban para brindar respuestas a grandes preguntas que la inteligencia humana no estaba preparada para asumir. Para predecir el futuro y para solventar las dudas sobre la existencia de las personas, de manera mitologica e incluso divina. Yo no doy respuestas ni mucho menos soy divino, simplemente, como hacía el Oráculo voy a dar mi particular visión de todo lo que suceda y a mi me parezca importante, es decir, voy a ser subjetivo en toda la magnitud de la palabra.

Esta primera entrada será un reflejo muy particular de mi estado de ánimo ahora mismo. Será el reflejo de mi ser interior proyectado por el espejo del Oráculo y cuyo reflejo no aspiro a que guste o disguste, simplemente será eso, mi reflejo.

Cuando sustentas tu propia realidad en arenas movedizas, y más si es sin saberlo, siempre corres el riesgo que los cimientos de la estructura de tu vida se puedan caer y obligarte a volver a empezar. Y para dar comienzo a esta nueva etapa, he optado por hacer caso a quien me decía que escribiera aquí y empezar a contar la realidad pasada por la coctelera de mi cerebro y esperando a que de un combinado dulce, aunque con un sabor ácido al retropaladar.

Como iba diciendo, las arenas movedizas han acabado por engullir una edificación de seis meses de la cual lo único que ha quedado son las experiencias acumuladas y, que no es poco, las personas que me ayudaron a subir ese edificio. Ellos me han enseñado la fuerza del equipo, cuando yo he sido toda mi vida una persona extremadamente individualista. ¿Un botón? Jugaba de portero, el más individualista de todos los jugadores de los deportes de equipo.

Dicho esto, el letargo de la individualidad me llevó durante mis 26 años a pensar que sólo dependía de mi, hacer cualquier cosa. Y al fin y al cabo, para crecer, para construir y para levantar los grandes monumentos. Así que cierro esta primera intervención la cerraré para hablar de mis primeras conclusiones.

Y concluyo diciendo que para construir cualquier cosa, es imprescindible que haya un buen arquitecto, pero sólo con él, las construcciones no pasarían del papel. Sólo con él, la construcción no existiría. Sin su equipo, él sería exactamente lo mismo que un pintor, que un escultor... Un creador de belleza sin opción de funcionalidad, que no es poco. Pero la belleza sin utilidad es únicamente para adornar.

Amigos, amigas, abrimos el blog.

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