Sentía que no podía mirar atrás. Su decisión estaba tomada y a cada paso de su brioso corcel estaba convencido de haber hecho lo correcto. El trote rápidamente dio paso al galope y el bosque que debía cruzar acabó por convertirse en un seguido de imágenes, sin demasiado sentido, pues su cuerpo se adaptaba al de su caballo buscando la posición para que la velocidad fuera extrema. Lo logró.
Mientras avanzaba en busca de la torre más alta ni le importó a cuantos tuvo que dejar al borde del camino. Su único objetivo era llegar, sin importar el precio que pagara. Su brazo no estaba plenamente recuperado, pero su astucia superaba la de sus rivales. Si bien es cierto que su armadura, un arapo de cuero, apenas le protegía, no es menos veraz que le daba una facilidad de movimientos que los maceros conquistadores no tenían. Él, su espada y su caballo cruzaban líneas infectadas de infelices que combatían por dinero, con la misma facilidad que un pájaro surca el cielo. Su cometido era más, mucho más que una bolsa llena de plata.
Sabía que el tramo final, hasta llegar al castillo, sería el más difícil. La guardia pretoriano del tirano era la que estaba en el último nivel. Sin embargo, seguía existiendo una diferencia abismal entre él y sus rivales. Unos luchaban por dinero, solo por dinero, y él lo hacía en honor a lo que sentía, más allá de arcaicos juramentos. Luchaba en pro de la libertad y en beneficio de la justicia. Y era precisamente eso, libertado y justicia, la fuerza secreta de unos puños jóvenes que apartaban maceros como quien corta flores del jardín.
Su inseparable media loba seguía a su lado. Mordiendo a cualesquiera que fueran los arqueros que le querían derribar. Desde la sombra, aparecía siempre para salvarle la vida cuantas veces fuera necesario. Una mezcla de destreza e ingenio le llevaron hasta las puertas del castillo. Allí, su capa negra y larga cubrió su cuerpo dándole un aire de majestuosidad que no se había presenciado hasta el momento. Erguido, al lado de su caballo, ahora sí parecía por fin el caballero que se esperaba que fuera.
Una puerta, las escaleras y un tirano eran lo que separaban al caballero de la princesa. Llegó el momento de olvidar el miedo, pues te paralizar, de abrir bien los ojos, pero no los dos de la cara si no los sentidos ya que de trampas estaría el camino lleno. Y especialmente de avanzar, pues luchando con libertad y justicia nada, absolutamente nada podía salir mal.
miércoles, 15 de enero de 2014
domingo, 8 de diciembre de 2013
El vacío de tu ausencia, la magia de tu presencia
El día llegaba a su ocaso, quizás un poco antes de lo habitual, pues ciertas nubes oscurecían la puesta de Sol y hacían que la oscuridad llegara antes de su hora. Tras varios días de calor veraniego más que primaveral, un manto de lluvia había aparecido, para devolver a la realidad climática aquellos chispazos que querían confundirnos. Para mi, aquella lluvia escondía algo más.
Los fogonazos de calor de la última semana había ido acompañado de una presencia inesperada, o tal vez largamente esperada, quien sabe. Supongo que es aquello que los entendidos llaman la alineación de los astros cuando todo lo suceptible de salir bien, sale bien. O al menos uno cree que sale bien.
Aquella primavera de 1910 estaba siendo diferente, especial y mágica. Las tardes en bicicleta, las puestas de Sol, el florecer de las plantas y aquellos primeros días de calor... Como decía, todo era perfecto. Aún recuerdo lo duro que era el sillín, lo grandes que eran las ruedas y la fragancia de aquellas flores recién cortadas.
Pero, sería justo decir y recordar, que las flores eran bellas, sí, pero su belleza caía en el olvido cuando se postraban en aquella mano. Pocas veces un espectáculo así se puede presenciar y yo, aquella primavera, aquella última semana primaveral de 1910 la pude vivir. Pensando que la bucólica imagen y que el embriagador aroma de aquella postal de película sería para siempre.
Pero siempre es una palabra de difícil pronunciación y aún más de prácticamente imposible cumplimiento. Coincidiendo con aquella lluvia primaveral, habitual en esas fechas aunque ese año aún no había aparecido, llegó el momento de partir. Supongo que por doloroso su diálogo fue obviado, pero acabó llegando.
Fue en subir al tren, sentarme y empezar a pensar en lo que dejaba en aquella estación que sentí el vacío. Sentí el vacío de tu ausencia pues no sabía cuando volvería a tenerte entre mis brazos. Mientras mi corazón bombeaba sangre que te echaba de menos, mi cabeza me llevó a otra parte. Me volvieron los recuerdos, te veía sentada frente a mi en cerrar los ojos. Sentía dentro de mi la magia de tu presencia.
Esa dualidad provocó en mi risas y llanto. Lloraba por el vacío que me dejaba tu ausencia pero dibujaba una pequeña sonrisa recordando la magia de tu presencia.
martes, 19 de noviembre de 2013
El caballero de la flecha
Estaba cayendo del caballo. No sabía que era lo que había impactado en su hombro derecho pero sí que dolía y además mucho. Un sensación de frío le recorrió el cuero a la vez que por donde le había entrado aquella flecha le ardía a cual llamas del infierno. Fue el suelo lo que frenó aquel intenso dolor pues el impacto de su yelmo contra las piedras del camino le dejó inconsciente, como anestesia para operaciones.
El joven caballero emprendía el camino a casa tras una inquietante reunión en la corte de su Rey. El monarca le había dejado claro que su corta edad no era excusa para que no se hiciera cargo del legado de sus ancestros. Sin embargo, nadie dijo que las herencias recibidas fueran buenas y esta en concreto no lo era. Más allá de las tierras, lo siervos o el ganado, sus antepasados no habían cumplido con los tributos y ahora ya fallecidos le pasaban el testigo.
El Rey le pidió que se arrodillara. Y en los nombres de San Miguel, San José y San Jorge le ordenó caballero, para después cruzarle la cara golpeándole con el anillo. Aquel rostro, hasta entonces impoluto quedó marcado de por vida "para que no se te olvide el juramento" le dijo. Abatido, con la sensación extraña de saberse perdedor, bajó la mirada y salió caminando de la sala del trono. En la puerta, la princesa se detuvo frente a él.
- Levanta la cabeza, eres un caballero y los caballeros no miran al suelo. Miran a la vida a los ojos, más allá de lo que haya pasado.
- Sí, señora - dijo levantando la mirada y embriagándose con el embrujo de sus ojos.
Se sonrojó, balbuceó unas palabras y finalmente tartamudeó. Sintió que hacía el ridículo más espantoso de su vida. Que había tenido la oportunidad de hablar con la Princesa y que se había quedado prácticamente mudo.
Antes de marcharse cargó el carro del caballo porqué no tenía un escudero. Otra de las gracias del legado familiar. Fue entonces cuando levantó la vista y vio, en una de las ventanas del torreón más hermoso del castillo, aquellos ojos que le habían dejado hechizado. Maldijo una vez más su suerte y con una lágrima llena de tristeza bajando por su mejilla se subió al caballo y cabalgó. A su lado, su inseparable compañera. Una medio loba de ojos grises que le acompañaba a todas partes. Era su refugio en los malos momentos, en mañanas soleadas de paseo cuando aún era un niño, o noches oscuras desde su mayoría de edad.
Con la cabeza aún en la corte del Rey, pensando en que ya nada podía enmendar el ridículo cometido, llegó el primer impacto. Una flecha cruzó el bosque, cortando el viento, e impactó en su hombro derecho tumbándolo del caballo...
No sabía el tiempo que había pasado inconsciente. Fueron su medio loba que, a base de insistir logró despertarlo. Le dolía el brazo, había perdido ya mucha sangre y ésta seguía brotando. Observo una nota enganchada en el árbol contiguo que decía "A cambio de tus deudas". Miró a los costados y nada más que su caballo quedaba en aquel camino empedrado construido entre los árboles.
En pleno deliro y desolación por perder lo que tenía, por haber que lidiar con una herencia envenenada, recordó unas palabras que le salvaron la vida: "Levanta la cabeza, eres un caballero y los caballeros no miran al suelo. Miran a la vida a los ojos, más allá de lo que haya pasado". Como si aquella Princesa de ojos con embrujo estuviera a su lado, el caballero notó como la fuerza le volvía a su maltrecho brazo.
Se levantó con la ayuda de la medio loba y aún desangrándose logró formar un torniquete con su camisa. Aquella voz no dejaba de resonar en su cabeza. Y le daba fuerza. Se montó en el caballo y empezó a galopar. Fue entonces cuando abrió su mano izquierda y dentro vio que seguía teniendo la pequeña esclusa de oro. El motivo de su visita al Rey, su cometido.
Juró protegerla con la vida, porqué llegaría el momento en que fuera necesaria. El momento en que ningún viejo linaje pesaría más que la realidad del presente. En el que superar sus miedos, sus dudas y tomar las riendas de su vida de caballero como hacía con su caballo.
Llegado a su tierra, aún con el brazo dañado, arribó el mensajero. Era el momento. No miró atrás y sí adelante. Tomó su decisión, en contra de lo que su linaje le decía y emprendió su camino de vida. Cumpliendo únicamente con lo que el creía justo y deseaba, más allá de arcaicas promesas y tradiciones que nada tenían que ver con él. Se tatuó una flecha en su brazo. Completamente negra. Que siempre señalaba hacia adelante, que es como hay que mirar a la vida.
El joven caballero emprendía el camino a casa tras una inquietante reunión en la corte de su Rey. El monarca le había dejado claro que su corta edad no era excusa para que no se hiciera cargo del legado de sus ancestros. Sin embargo, nadie dijo que las herencias recibidas fueran buenas y esta en concreto no lo era. Más allá de las tierras, lo siervos o el ganado, sus antepasados no habían cumplido con los tributos y ahora ya fallecidos le pasaban el testigo.
El Rey le pidió que se arrodillara. Y en los nombres de San Miguel, San José y San Jorge le ordenó caballero, para después cruzarle la cara golpeándole con el anillo. Aquel rostro, hasta entonces impoluto quedó marcado de por vida "para que no se te olvide el juramento" le dijo. Abatido, con la sensación extraña de saberse perdedor, bajó la mirada y salió caminando de la sala del trono. En la puerta, la princesa se detuvo frente a él.
- Levanta la cabeza, eres un caballero y los caballeros no miran al suelo. Miran a la vida a los ojos, más allá de lo que haya pasado.
- Sí, señora - dijo levantando la mirada y embriagándose con el embrujo de sus ojos.
Se sonrojó, balbuceó unas palabras y finalmente tartamudeó. Sintió que hacía el ridículo más espantoso de su vida. Que había tenido la oportunidad de hablar con la Princesa y que se había quedado prácticamente mudo.
Antes de marcharse cargó el carro del caballo porqué no tenía un escudero. Otra de las gracias del legado familiar. Fue entonces cuando levantó la vista y vio, en una de las ventanas del torreón más hermoso del castillo, aquellos ojos que le habían dejado hechizado. Maldijo una vez más su suerte y con una lágrima llena de tristeza bajando por su mejilla se subió al caballo y cabalgó. A su lado, su inseparable compañera. Una medio loba de ojos grises que le acompañaba a todas partes. Era su refugio en los malos momentos, en mañanas soleadas de paseo cuando aún era un niño, o noches oscuras desde su mayoría de edad.
Con la cabeza aún en la corte del Rey, pensando en que ya nada podía enmendar el ridículo cometido, llegó el primer impacto. Una flecha cruzó el bosque, cortando el viento, e impactó en su hombro derecho tumbándolo del caballo...
No sabía el tiempo que había pasado inconsciente. Fueron su medio loba que, a base de insistir logró despertarlo. Le dolía el brazo, había perdido ya mucha sangre y ésta seguía brotando. Observo una nota enganchada en el árbol contiguo que decía "A cambio de tus deudas". Miró a los costados y nada más que su caballo quedaba en aquel camino empedrado construido entre los árboles.
En pleno deliro y desolación por perder lo que tenía, por haber que lidiar con una herencia envenenada, recordó unas palabras que le salvaron la vida: "Levanta la cabeza, eres un caballero y los caballeros no miran al suelo. Miran a la vida a los ojos, más allá de lo que haya pasado". Como si aquella Princesa de ojos con embrujo estuviera a su lado, el caballero notó como la fuerza le volvía a su maltrecho brazo.
Se levantó con la ayuda de la medio loba y aún desangrándose logró formar un torniquete con su camisa. Aquella voz no dejaba de resonar en su cabeza. Y le daba fuerza. Se montó en el caballo y empezó a galopar. Fue entonces cuando abrió su mano izquierda y dentro vio que seguía teniendo la pequeña esclusa de oro. El motivo de su visita al Rey, su cometido.
Juró protegerla con la vida, porqué llegaría el momento en que fuera necesaria. El momento en que ningún viejo linaje pesaría más que la realidad del presente. En el que superar sus miedos, sus dudas y tomar las riendas de su vida de caballero como hacía con su caballo.
Llegado a su tierra, aún con el brazo dañado, arribó el mensajero. Era el momento. No miró atrás y sí adelante. Tomó su decisión, en contra de lo que su linaje le decía y emprendió su camino de vida. Cumpliendo únicamente con lo que el creía justo y deseaba, más allá de arcaicas promesas y tradiciones que nada tenían que ver con él. Se tatuó una flecha en su brazo. Completamente negra. Que siempre señalaba hacia adelante, que es como hay que mirar a la vida.
lunes, 11 de noviembre de 2013
¿Vuelvo a creer?
Llega un momento en que uno mismo se ve obligado a replantearse en todo lo que creía hasta la fecha. Sus actos del pasado, su porvenir en el futuro, sus creencias, sus logros y sus miserias. Más tarde o más temprano algo te obliga a eso, a pensar, a creer y sobretodo a reflexionar si lo que has defendido hasta la fecha ha sido bueno, malo o simplemente no has acertado en tu toma de decisiones.
En ese punto de la partida, lo más habitual es que el miedo entre a jugar de una manera preponderante. No porqué seas miedoso pero sí porqué cualquier variación de los status quo de la vida producen, eso miedo. Más allá de que sepas que los cambios pueden ser buenos, ya lo decían nuestros ancestros con aquella célebre frase de "más vale malo conocido que bueno por conocer".
Pero, ¿y si juegas al malo? La apuesta siempre es arriesgada, pero como en una ruleta debes escoger. En ese momento debes tener el valor suficiente para mirar a tu nueva causa a los ojos, por más profundos que sean. Entrar dentro de si y escudriñar cuanto seas capaz.Solo así sabrás si puedes acertar en la decisión. El valor de enfrentarte directamente con tu nueva causa, como decía, clavarle la mirada en sus ojos y sentir que en ese preciso instante el (tu) mundo deja de girar.
Si eres capaz de sentir, presentir, notar y vivir esa sensación, en el momento que la Tierra siga su curso sabrás que has ganado la partida. Habrás llegado a la meta y estarás en el lado bueno de las cosas. Porqué solo así, podrás volver a tener aquella sensación que habías perdido en el momento de tu replanteo vital.
Y sí, tendrás una nueva causa por la que luchar y dar tu vida. Habrás vuelto a creer.
En ese punto de la partida, lo más habitual es que el miedo entre a jugar de una manera preponderante. No porqué seas miedoso pero sí porqué cualquier variación de los status quo de la vida producen, eso miedo. Más allá de que sepas que los cambios pueden ser buenos, ya lo decían nuestros ancestros con aquella célebre frase de "más vale malo conocido que bueno por conocer".
Pero, ¿y si juegas al malo? La apuesta siempre es arriesgada, pero como en una ruleta debes escoger. En ese momento debes tener el valor suficiente para mirar a tu nueva causa a los ojos, por más profundos que sean. Entrar dentro de si y escudriñar cuanto seas capaz.Solo así sabrás si puedes acertar en la decisión. El valor de enfrentarte directamente con tu nueva causa, como decía, clavarle la mirada en sus ojos y sentir que en ese preciso instante el (tu) mundo deja de girar.
Si eres capaz de sentir, presentir, notar y vivir esa sensación, en el momento que la Tierra siga su curso sabrás que has ganado la partida. Habrás llegado a la meta y estarás en el lado bueno de las cosas. Porqué solo así, podrás volver a tener aquella sensación que habías perdido en el momento de tu replanteo vital.
Y sí, tendrás una nueva causa por la que luchar y dar tu vida. Habrás vuelto a creer.
jueves, 24 de octubre de 2013
A vegades, els somnis...
Aquesta és una història de perseverança, de la cerca d'un petit somni, més enllà de les oportunitats que hi havien. Tot va començar fa poc més d'un any i mig, amb el dilema de l'elecció del lloc per fer les pràctiques de Periodisme. Dilema per qui no ho tenia clar. Jo, en canvi, no tenia massa dubtes i de les 10 opcions que hi havia, fins en 10 vegades vaig marcar la mateixa opció "redacció d'esports de TV3". Amb l'esperança que, l'interlocutor, vegués que tenia claríssim on volia anar i què volia fer.
Després d'aquesta primera elecció, calia adjuntar una carta de presentació exposant els motius que m'havien portat a demanar aquelles opcions. Aquest és un detall del que deia aquella carta:
Després d'aquesta primera elecció, calia adjuntar una carta de presentació exposant els motius que m'havien portat a demanar aquelles opcions. Aquest és un detall del que deia aquella carta:
En primer lloc,
tinc molt clar cap on vull encaminar el meu futur professional un cop acabada la carrera. Més enllà
d’una feina, entenc el periodisme esportiu com una passió com una manera
d’entendre la professió i és la base del que espero que sigui el meu pervenir
dels propers anys. A més a més, vaig començar a estudiar periodisme tard, tinc
ja 27 anys, i crec que no puc donar voltes i si lluitar pel que realment
m’agrada.
També perquè si hi
ha un referent a casa nostra sobre el tractament dels esports en els mitjans de
comunicació, aquest es TV3. He crescut veient les retransmissions d’en Pere
Escobar, els comentaris del Pichi Alonso, el Tot l’Esport diari, les connexions
en directe de l’Arcadi Alibés, el tennis amb en Xavier Bonastre, el bàsquet amb
en Jordi Robirosa acompanyat del Víctor Lavagnini i en Nacho Solozábal, el
Bàsquetmania d’en Lluís Canut... i així un llarg etcètera de grans
professionals que em serveixen de referents.
A partir d'aquest moment, la llarga espera. Fins que arriba la notícia que sí, estàs admès a la redacció d'esports de TV3 i que comences el juny del 2013. Faltava tot un any encara! L'espera es faria llarguíssima perquè enganyar-nos però tot trajecte té el seu destí i aquest tren va parar-se el 3 de juny, per tal que pogués baixar i pujés a un altre, al de TV3, que ara ja puc dir amb més propietat "la meva".
Després de la setmana de formació, havia arribat el gran dia. Suposo que una mica, per explicar la sensació, és com aquell jugador de la pedrera que trepitja per primer cop el Camp Nou, envoltat de tots els jugadors del primer equip i que es queda una mica encantat mirant el seu entorn. Així em sentia jo. Escoltant aquelles veus i mirant els rostres que fins aleshores tota la familiaritat que hi tenia era en petita pantalla. En algun moment trigava algun segon a contestar i era perquè estava com en un núvol. Després, dins meu, pensava "segur que al final em pendran per tonto".
I el que era un somni s'anava fent realitat. Paraules com Off, insert, vídeo... es van convertir en familiars per mi, i els professionals que tenien la "sort" d'asseure's a prop meu acabaeven sent la meva wikipedia. Però, un cop superat la fase d'aterratge, aquella sensació de sentir-te una peça més de l'engranatge de la redacció és espectacular. I t'adones que et sents un més quan en mig d'un debat, crec que era de ciclisme, t'atreveixes a posar cullerada endemig dels professionals que donen el seu punt de vista. T'escolten i debaten amb tu, és llavors quan dius "m'estan tractant com si fos una persona més d'aquí i no com un estudiant" i sens dubte, aquest fet és un dels que més he agraït al llarg d'aquests quatre mesos.
Fins que t'arriba el moment del debut. En el meu cas va ser a finals de juliol, amb un vídeo del Purito i la seva brutal temporada arrodonida amb el podi al Tour de França. Aquell cop va ser el primer cop que la meva veu va sonar en un TN. I això, per mi, va ser debutar a la Champions. Mentre grabava, recordo al Jordi Fargas dient-me "projecta veu, que tens més pulmons", el Bonastre demanant silenci mentre parlava... Tota una experiència això de grabar al mig de la redacció!
Els dies però van passar ràpid, massa i tot. El que vaig viure des d'anar al Camp Nou fins als Mundials de Natació, els off, els vídeos i els inserts, els debats d'actualitat esportiva (o no) i la darrera aportació un petit reportatge sobre waterpolo avui ja són història. O millor dit, són records. Perquè al cap i a la fi, en aquesta societat que vivim, la única cosa que no ens podran prendre serà això, els records.
I redundant, sempre recordaré aquests quatre mesos. Mai oblidaré a totes les persones que m'han fet viure com un autèntic professional l'art del periodisme. Si posés tots els vostres noms aquí segur que me'n deixaria algun i em sabria massa greu. Però cada un dels segons viscuts en aquesta redacció han estat especials i únics. Suposo que per això la nostàlgia m'envaeix avui, que m'he acomiadat i que no sabia massa que dir quan m'acostava per dir adéu. Tenia un nus a la gola similar al que vaig tenir el primer cop que vaig trepitjar la redacció. Aquesta deu ser la màgia de sentir-te periodista.
Sempre m'han dit que el pitjor dels somnis és quan et despertes. En canvi, jo crec que el millor de somniar és poder-te despertar, perquè llavors sabràs que, encara que sigui en el teu record, has viscut el que somniaves amb viure. Perquè a vegades, els somnis s'acaben fent realitat!
Moltíssimes gràcies per aquests quatre mesos!!!
miércoles, 11 de septiembre de 2013
I repica la Seu Vella
El so de les campanes de la Seu Vella de Lleida va donar l'obertura a un dia que ja és únic. Emocions, abraçades, nervis i alegria serien algunes de les moltes sensacions que han recorregut el cos de les persones que estimem Catalunya. En aquell minut màgic, les 17:14, la feina de molts i molts mesos s'ha donat la mà per fer possible una imatge que ja quedarà per sempre.
De sud i nord, de l'est i l'oest, tots els catalans que volem una Catalunya lliure ens hem donat les mans i hem cridat ben fort el que sentíem, el que portàvem dins. Parlaments i paraules han completat una via que és una demostració tan de poder com de voluntat. I Voluntat popular no pas política, perquè el poble hem agafat les regnes del cavall i són els polítics qui van a remolc del carro.
Les llàgrimes, d'emoció, que m'han negat els ulls en veure les imatges dels compatriotes vestits de groc, omplint la via, quasi per duplicat, són l'exemple més clar que ara ja no hi ha pacte possible que ens mantingui agafats a la cadena d'un estat que no ens compren. Només hi ha d'haver un pacte, el de la consulta. Del contrari, la via catalana ha de continuar el seu curs, amb el poble com a locomotara, per no permetre que cap polític és permeti el luxe de posar fre a la marxa catalana, que és "a tota màquina".
Ni la censura d'internet, que ha permès descobrir l'enginy i el gust català per menjar croquetes ni els atacs feixistes a Madrid faran que frenem. Per França és van escapar al 39 els demòcrates, per l'Ebre vam perdre la batalla de la Guerra Civil. Avui aquests espais mítics, passan per Barcelona, on el 1714 vam perdre la llibertat, han quedat units al so de les campanes lleidatanes. Hem tornat a fer història.
VISCA CATALUNYA!
De sud i nord, de l'est i l'oest, tots els catalans que volem una Catalunya lliure ens hem donat les mans i hem cridat ben fort el que sentíem, el que portàvem dins. Parlaments i paraules han completat una via que és una demostració tan de poder com de voluntat. I Voluntat popular no pas política, perquè el poble hem agafat les regnes del cavall i són els polítics qui van a remolc del carro.
Les llàgrimes, d'emoció, que m'han negat els ulls en veure les imatges dels compatriotes vestits de groc, omplint la via, quasi per duplicat, són l'exemple més clar que ara ja no hi ha pacte possible que ens mantingui agafats a la cadena d'un estat que no ens compren. Només hi ha d'haver un pacte, el de la consulta. Del contrari, la via catalana ha de continuar el seu curs, amb el poble com a locomotara, per no permetre que cap polític és permeti el luxe de posar fre a la marxa catalana, que és "a tota màquina".
Ni la censura d'internet, que ha permès descobrir l'enginy i el gust català per menjar croquetes ni els atacs feixistes a Madrid faran que frenem. Per França és van escapar al 39 els demòcrates, per l'Ebre vam perdre la batalla de la Guerra Civil. Avui aquests espais mítics, passan per Barcelona, on el 1714 vam perdre la llibertat, han quedat units al so de les campanes lleidatanes. Hem tornat a fer història.
VISCA CATALUNYA!
domingo, 8 de septiembre de 2013
El dret a decidir i altres eufemismes "democràtics"
Arriba un moment en la vida de les persones en que cal prendre decisions. Però el més important, a vegades, no acaba sent la decisió que prens, si no tenir el valor de decidir. Aquí, a casa nostra, una sèrie de polítics amb més galons que valors ens han omplert el darrer any d'un eufemisme que ens hauria de fer posar a tots vermells. "El dret a decidir". Algú, a hores d'ara, encara m'ha d'explicar quin és aquest dret pel qual hem de demanar permís. Vivim en una dictadura i no me n'he adonat?
El principal valor de la democràcia, almenys com jo la entenc, és la llibertat dels ciutadans. Més enllà del seu color, raça i ètnia, són lliures, som lliures, per prendre les nostres pròpies decisions. És a dir, la llibertat individual de cada persona, acaba permetent una llibertat global de les comunitats humanes democràtiques, lliures i sobiranes per prendre les seves pròpies decisions.
Però sembla ser que estic errat. Sembla ser que la democràcia només és posar un vot cada quatre anys i callar la resta. Demanar permís per decidir què podem i no podem votar, no tenir potestat alguna en saber què és faran dels diners que nosaltres guanyem i paguem en impostos, aguantar escàndol polític darrera escàndol polític amb una mordaça perquè "els mercats" s'enfaden i castiguen. I tot perquè? Doncs no sé si és per falta de valor o per excés de poltronisme, el que tinc clar és que fa pena la democràcia de fireta en què ens hem convertit.
D'aquí tres dies torna a ser 11 de setembre, i realment la política no ha estat capaç de fer res més que de lligar-se de mans i peus. La "classe política" la darrera de les castes que hauria de desaparèixer no té valor i per tant cal que la gent en tinguem. I no per sortir l'11 de setembre, que també. Si no més aviat per fer que cada dia sigui 11 de setembre a les nostres cases, viles i ciutats.
No demanem permís per decidir. Decidim, que ja fa molts anys que hem adquirit la majoria d'edat. Decidim, perquè estem en el nostre dret. I sobretot, decidim, perquè la història no ens perdonarà no ser valents i decidir.
El principal valor de la democràcia, almenys com jo la entenc, és la llibertat dels ciutadans. Més enllà del seu color, raça i ètnia, són lliures, som lliures, per prendre les nostres pròpies decisions. És a dir, la llibertat individual de cada persona, acaba permetent una llibertat global de les comunitats humanes democràtiques, lliures i sobiranes per prendre les seves pròpies decisions.
Però sembla ser que estic errat. Sembla ser que la democràcia només és posar un vot cada quatre anys i callar la resta. Demanar permís per decidir què podem i no podem votar, no tenir potestat alguna en saber què és faran dels diners que nosaltres guanyem i paguem en impostos, aguantar escàndol polític darrera escàndol polític amb una mordaça perquè "els mercats" s'enfaden i castiguen. I tot perquè? Doncs no sé si és per falta de valor o per excés de poltronisme, el que tinc clar és que fa pena la democràcia de fireta en què ens hem convertit.
D'aquí tres dies torna a ser 11 de setembre, i realment la política no ha estat capaç de fer res més que de lligar-se de mans i peus. La "classe política" la darrera de les castes que hauria de desaparèixer no té valor i per tant cal que la gent en tinguem. I no per sortir l'11 de setembre, que també. Si no més aviat per fer que cada dia sigui 11 de setembre a les nostres cases, viles i ciutats.
No demanem permís per decidir. Decidim, que ja fa molts anys que hem adquirit la majoria d'edat. Decidim, perquè estem en el nostre dret. I sobretot, decidim, perquè la història no ens perdonarà no ser valents i decidir.
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