miércoles, 4 de septiembre de 2013

Y Alicia cruzó el espejo



Llegó el día en que se miró al espejo y vio su reflejo. Más allá de las imágenes que había vislumbrado a lo largo de su vida en cualquier objeto que la reflejara, no fue hasta ese día que cruzó el espejo. La redundancia de las primeras letras solo es comprensible con la auténtica duplicidad de una imagen que hubiera hecho empalidecer a la más narcisista de las personas.

La importancia del momento se dio porqué no es solo la silueta lo que veía antes sus ojos si no que lo que aquel espejo reflejó fue su esencia. Más allá del color de los cabellos, de la tonalidad de los ojos y de la amplitud de su sonrisa, Alicia vio lo que era a los ojos del mundo. Su cabello negro azabache se tornó en hilos de oro, sin embargo su amplia sonrisa seguía siendo exactamente la misma.

El habla se le quebró pues no sabía a ciencia cierta que era lo que le pasaba a su espejo, el que siempre le había enseñado como era por fuera. Pero la magia de los momentos especiales permite situaciones inverosímiles. Ella estaba viviendo una, esa vez frente un espejo que la había trasladado en un mundo desconocido hasta la fecha.

Tras ese momento de estupefacción, sus diamantes negros se clavaron en aquel reflejo de su ser. Alargo la mano hasta tocar el espejo. Como si del estanque de Narciso se tratara, las ondas circulares aparecieron a cual tsunami con su dedo como epicentro. Se asustó, pues se dio cuenta que algo desconocido le estaba pasando. Apartó la mano con fuerza hasta regresarla a su cintura mientras sus ojos observaban como las aguas volvían a su cauce.

Su alter ego la llamaba. Tras unos momentos de tensión, nervios y muchas dudas, sonrió. Dio dos pasos atrás, para coger impulso y se lanzó. De un salto atravesó el cristal líquido y entró en el mundo de las sensaciones. Aquel en que la crueldad humana era un mito y en el que sonreír era una obligación. Con su rubio alter ego, cogidas de la mano, empezaron a caminar con el Sol alumbrando su camino y con la felicidad en el final de su destino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario